Colombia estuvo presente en la XIX Temporada Internacional de Música Clásica Medellín Cultural, de la mano de dos agrupaciones de primer nivel: el Coro Nacional de Colombia y la Orquesta Filarmónica de Medellín. Esta unión, fue una suma de voluntades, sueños y esfuerzos, que se materializaron en nuestro Teatro en un concierto cargado de reflexiones y mucha belleza.
El 16 de junio nos unimos en el Teatro para materializar sueños, para hablar música, para cantar poesía. Nos unimos, porque de eso se trata el arte y la vida.
El Coro Nacional de Colombia llegó por primera vez a Medellín para ofrecer, junto a la Orquesta Filarmónica de Medellín y el maestro Manuel López-Gómez, un viaje sonoro y reflexivo sobre la vida, la muerte y la belleza de lo efímero.
Con una innegable calidad musical, el concierto abarcó una muestra representativa de lenguajes y estilos que marcaron 150 años de la música centroeuropea, de la mano de tres grandes genios de la composición: Bach, Beethoven y Brahms.
"Cuando se unen el amor y la fuerza el favor de los dioses al hombre recompensa", dice la Fantasía Coral de Ludwig van Beethoven. Y esta frase resume lo que fue este concierto. Una tarde sublime, emocionante y cargada de reflexiones.
El rincón de la reflexión:
¿Cómo hacemos las paces con el inevitable fin de todo ciclo?
Aceptar el fin de un ciclo puede ser como apreciar una pieza musical: aunque sabemos que la última nota eventualmente se disipará, nos enfocamos en la belleza y la emoción de la melodía mientras se desarrolla.
Cada final, es también el preludio de un nuevo comienzo, una oportunidad para nuevas experiencias y aprendizajes. En la música y en la vida, los finales nos invitan a apreciar y esperar con entusiasmo cada nuevo comienzo, cada nuevo ciclo.